La mayoría de los residuos gestionados por SIRUSA se valorizan directamente en la planta. Otra parte son tratados mediante gestores autorizados, de los que se devuelve a SIRUSA la fracción de rechazo.
Las toneladas totales de residuos gestionados durante el año 2017 fueron 156.535. De la totalidad de las entradas se valorizaron energéticamente 139.991 toneladas, un 3,78 % menos que en 2016 debido al mayor poder calorífico de los residuos fruto de la recogida selectiva.
La disponibilidad de la planta ha sido del 94,64 %, superior a los 93,78 % de 2016. Este parámetro mide la totalidad de horas de un año (8.760 horas) respecto a las que realmente la planta ha estado operativa. Este dato muestra que el mantenimiento de la planta es muy bueno y la operación es óptima, desde esta perspectiva. En la memoria de los indicadores ambientales se presentan el resto de parámetros que garantizan el control sobre esta instalación y su funcionamiento.
Otro indicador del aumento de PCI es que con menos toneladas valorizadas energéticamente se genera más electricidad
Valorización de subproductos
SIRUSA genera básicamente tres tipos de materiales valorizables: Chatarra (2.973 toneladas), que se extrae de las escorias y se valoriza por un gestor autorizado; Aluminio (380 toneladas), también extraído de las escorias y valorizado por un gestor autorizado; finalmente la escoria estabilizada, que se valorizada a través de VECSA (http://www.vecsa.es, una empresa participada por SIRUSA) que la comercializa como Escograva (22.627 toneladas).
El escograva es un árido formado principalmente por materiales cerámicos, hormigón, arena y vidrio. Es un material granular con unos usos recomendados, como son: material de subbase de firmes de carreteras, formación de terraplenes y otros rellenos. Es también un material adecuado para la restauración de áreas degradadas por actividades extractivas, dando cumplimiento a la Orden de 15 de febrero de 1996 de la Generalidad de Cataluña, de valorización de escorias.
El único residuo no valorizable de este tipo de instalaciones son las cenizas volantes. Este material procede del sistema de limpieza de gases. En 2017 se generaron 3.966 toneladas de cenizas, que representa un 2,8% residual respecto al 100 por ciento de los residuos valorizados en la planta, energéticamente o como subproductos. Esta fracción es la única que va al vertedero, como sistema final de eliminación.
Este resultado evidencia que los ayuntamientos mancomunados están notablemente por debajo del 10% del límite que se fija la Unión Europea como objetivo a alcanzar en el año 2030 respecto a la deposición en los vertederos.