SIRUSA
Servei d'Incineració dels Residus Urbans S.A.
Lunes, 5 de junio del 2023
De la salud del medio ambiente depende la nuestra
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Cuando miramos el calendario de días internacionales, descubrimos una variedad interminable de efemérides y, en muchos casos, de un grado de concreción que nos puede abrumar. Sin embargo, hay ciertos días que lo abarcan todo. Hace 50 años que el 5 de junio celebramos el Día mundial del Medio Ambiente. Se trata de una efeméride importante que reivindica un tema extenso, complejo y cada vez más urgente.

Un error que en ocasiones cometemos es considerar el Medio Ambiente como una esfera aislada. Es momento ya de tratarla de forma transversal, como un todo que afecta a cada aspecto de la vida. Cada acción humana tiene un impacto, una huella ecológica. La educación ambiental y la conciencia ecológica marcan la forma en que consumimos y gestionamos los residuos, cómo adquirimos bienes y productos, cómo nos movemos y cuidamos.

La educación ambiental no es un programa a memorizar, sino una forma de vida que acaba por determinar nuestras acciones: es aprendizaje y toma de decisiones constantes. La conciencia ecológica se materializa en nuestra vida diaria, en casa y en el trabajo, en nuestros hábitos de higiene y formas de movilidad. Y cuando la acción pasa de individual a colectiva, crece exponencialmente. Y esperamos que así sea, porque nos jugamos nuestra salud y la del planeta.


Contaminación por plásticos

El tema del Día mundial del Medio Ambiente de este 2023 gira en torno a la contaminación por plásticos. Desgraciadamente, encontramos por todas partes y allí continuarán durante cientos de años si no hacemos algo. Sin duda, nos estremecemos cuando oímos hablar de las islas de plástico en los océanos, que son grandes zonas donde se concentra basura —la mayor, en el Océano Pacífico, tiene una superficie tres veces mayor que Francia—.

Durante décadas hemos utilizado el plástico de forma desmedida. Lo seguimos utilizando por encima de nuestras necesidades, pero por suerte, hay cambios de tendencia, tanto tecnológicos como culturales. Por un lado, porque los procesos de reciclaje mejoran y alargan la vida del material. Pero también porque cada vez más personas somos conscientes de que es necesario reducir la generación de los residuos y entendemos la importancia de la recogida selectiva. La transición hacia un modelo de economía circular no puede detenerse.

Según estimaciones de la ONU (2019), cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y se utilizan 500.000 bolsas nuevas cada año. Una gran cantidad de residuos que si no se gestionan correctamente, pueden acabar en entornos naturales donde se quedarán hasta que se descompongan por completo, lo que tardará entre 100 y 1.000 años. ¡Qué regalo que hemos ido dejando a las generaciones venideras!


De cara a 2050

Desde la Unión Europea se han marcado directivas y metas para combatir la emergencia climática y un importante bloque de medidas hace referencia a la gestión de los desechos. Por ejemplo, en el año 2025 —que lo tenemos a la vuelta de la esquina—, debemos alcanzar una tasa de recogida selectiva de los residuos urbanos del 55%, mientras que, actualmente, la media catalana no llega al 47%. Hay que tener en cuenta que la bolsa de basura que generamos en casa está mayoritariamente compuesta por envases ligeros y fracción orgánica, seguido de papel y vidrio: materiales, todos ellos, recuperables a través del reciclaje. Por tanto, si separamos bien, solo una parte pequeña de los residuos irá al contenedor gris, donde todavía se podrá valorizar haciéndote energía.

Reducimos, reutilizamos y hacemos recogida selectiva; ¡nuestro medio ambiente se lo merece!


ARMENGOL GRAU FRANQUET
Gerente de la MANCOMUNITAT PER A LA GESTIÓ INTEGRAL DELS RESIDUS