Obtener energía a partir de la valorización de residuos es sinónimo de sostenibilidad. Esta es la conclusión que se desprende del estudio que la Federación Europea de Gestión de Residuos y Servicios Ambientales (FEAD) ha encargado a la consultora PricewaterhouseCoopers (PWC), un análisis que dictamina que la incineración de residuos para obtener energía es una actividad que "puede ser considerada como una actividad económica ambientalmente sostenible".
Los datos de este estudio sirven como apoyo del sector ante el Reglamento (UE) 2020/852 del Parlamento Europeo y del Consejo, del pasado 18 de junio, que establece el marco que regula las inversiones sostenibles. Este documento, conocido como el 'Reglamento de Taxonomía' (*) no establecía el papel específico de la valorización de los residuos, por lo que el sector recibe el estudio de PWC como una noticia que reafirma el papel estratégico del sector a favor del medio ambiente y la economía circular.
Tal y como se ha publicado recientemente en los medios especializados en gestión y tratamiento de residuos, el análisis jurídico de PWC ha tenido en cuenta la legislación europea sobre residuos y el marco político y, en líneas generales, establece la diferencia de concepto y filosofía que establece entre la incineración y la valorización de residuos, al tiempo que dictamina que esta segunda opción cumple otros objetivos medioambientales siempre que se ajuste a la jerarquía de residuos.
En conclusión, los datos apuntan a considerar que la valorización energética de los residuos no reciclables debe considerarse una actividad económica medioambientalmente sostenible. De hecho, algunos expertos en este campo no dudan en considerar esta actividad como una actuación que es clave para reducir las emisiones de CO2 y para fomentar el reciclaje.
(*) La Taxonomía es la ciencia que trata de la nomenclatura, la definición (y circunscripción) y la clasificación de los organismos en grupos basándose en sus rasgos comunes